El Palacio Miramar, sede del Hotel Santos Miramar, es la portada de la Feria de Málaga.
Cuatro años después de que los juzgados abandonaran el Palacio Miramar, este emblemático edificio volvió a abrir sus puertas en la Feria de Málaga, aunque solo sea de forma simbólica a la espera de que se haga realidad su conversión en un hotel de gran lujo.
Una recreación del histórico inmueble diseñado en los años 20 del siglo pasado por el arquitecto malagueño Fernando Guerrero-Strachan fue la encargada este año de ilustrar la entrada principal del real de Cortijo de Torres por el Camino de San Rafael.
La sustitución de la fachada de la antigua Tabacalera fue la principal novedad estética del recinto ferial. Un cambio que ha dado pie a interpretaciones sobre el borrado de cualquier reseña que recuerde al fiasco del museo Art Natura, aunque la realidad es que esta estructura de 20 metros de altura y 42 toneladas de peso ya no reunía las condiciones mínimas de seguridad después de ocho años de servicio.
En el capítulo de estrenos también destaca la incorporación de nuevos alumbrados con tecnología Led en varias zonas (Ortega y Gasset, Camino de los Prados, Camino San Rafael, Bulevar, la calle de la Juventud o el Paseo del Parque), lo que unido a la instalación de 400.000 puntos de luz menos que el año pasado (habrá un total de 1.445.000) se traducirá en un ahorro de 257.517 euros en iluminación.
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